sábado, 2 de julio de 2011
¿Verdad?...
La verdad está allí tan cercana y evidente que muchas veces no queremos verla. La verdad no te enreda ni te promete nada, la verdad te habla al corazón y; por ello, sólo es posible hallarla en lo simple, en lo natural, en aquello que basa la justicia en la bondad, en aquello que pudiendo herirnos nunca dejará por tal motivo de enseñarnos, en aquello que nos muestra nuestro verdadero reflejo y no un artificio para complacer a la vanidad. La verdad te impulsa a descubrir que tu alma y tus sueños y tu vida sí tienen un valor y un sentido cuya resposabilidad y logro y gozo sólo te pertenecen a tí.
sábado, 28 de mayo de 2011
¿Paz?
lunes, 14 de marzo de 2011
El corazón...
Nuestra vida es un reflejo del concepto que tenemos de ella. Las cosas son lo que creemos que son o lo que nuestra inteligencia nos da a entender qué son. Ese es el límite del conocimiento humano: el cómo nuestro ser interactúa con el mundo exterior y lo interpreta. Sin embargo, cuando digo límite no me refiero a que éste sea rígido; antes al contrario es elástico: el ser humano evoluciona y esa evolución de su ser en general le lleva a poder percibir y comprender nuevas dimensiones de la realidad. Valga decir que esa evolución no se trata simplemente del desarrollo intelectual, sino de una alquimia del ser en su totalidad: una transformación que incluye cuerpo, mente y alma. El motor es el corazón; de hecho los antiguos egipcios afirmaban que la inteligencia reside en el corazón y ello, en mi opinión, no es una mitología sin más como han querido hacer ver, sino una sentencia clara que nos invita a darle más valor a nuestras emociones y sentimientos y colocar las ideas racionales al servicio de éstos. Claro está, ocurre que el corazón humano se considera tonto y peligroso por ser intemperante; pero la realidad es que simplemente -y ello a causa de no valorarle y educarle convenientemente- es inmaduro...