miércoles, 2 de octubre de 2013

Piezas de la vida...

martes, 16 de julio de 2013

El beso...

Documento sin título

Recorriendo tu piel,
siento la brisa de tus caricias
manos cual alas dulces
me llevan a las alturas
y mientras, la calidez de tus ojos
llenan de luz mi corazón.

Mis latidos son pasos
cada compás más acelerados
la noche se va cerrando
y por un instante muy breve
siento miedo a la oscuridad
tal vez aceptación,
o tal vez rechazo,
sólo lo sabré cuando roce
la dulce orilla de tus labios.

Sólo entonces me sumerjo en tus besos
agua cálida y bendita
de olas profundas y sublimes
danza mágica de delfines se desata
despuntando las estrellas
muere alfin la incertidumbre
descansa plácido el fruto
cuya flor es la belleza
que espera alegre y ansiosa
el sol de un nuevo amanecer...

jueves, 30 de mayo de 2013

El arte es una misión.

El arte es una misión. Cada ser humano que tenga talento para ello debe recordarlo siempre. Aunque la fama o el dinero lleguen, eso es sólo una ilusión, una fantasía que si no es aprovechada correctamente puede fácilmente disuadir del camino original y correcto. Y lo correcto es servir a la humanidad, recordarles que tienen alma, emociones, sueños; ese puñado de tesoros que no deben jamás dejar de lado.

La imaginación es la semilla del futuro, un futuro puro, cándido y sincero. Un futuro que ningún dinero o sistema que se pretenda infalible puede comprar jamás. El porvenir está en las manos de cada alma que tenga el valor de expresar libremente su interioridad; de construir la belleza auténtica a partir de allí. Toda obra de arte es una criatura, por lo que ha de tener ineludiblemente la cualidad de un niño. Y un niño es cándido, juguetón, ruidoso, preguntón y a veces incluso cruel, pero es real, sincero; y todo ello es lo único capaz de tocar en lo más hondo la raíz de nuestra alma.

La simplicidad no se diseña, se descubre. Ella se oculta tras la complejidad, pero es sólo una apariencia, producto de nuestro miedo a descubrir en su pura desnudez lo evidente. Lo evidente nos remueve, nos llama estúpidos en nuestra cara, nos quita de encima toda esa coraza ficticia e inútil a la que llamamos ego.

Sin el concurso de la verdadera fantasía, aquella que no surge precisamente de las grandes industrias que según parece todo lo tienen calculado, medido y estudiado; sino más bien de las pequeñas pero significativas historias de la calle, de las personas reales y anónimas u olvidadas por la mirada superficial de la mayoría que sólo necesita despertar; sin esa fantasía la realidad es sólo una ficción, una máscara que evita absurdamente un dolor que tarde o temprano es ineludible, un dolor que nos recuerda lo que somos realmente: humanos. Pero este dolor aunque no parezca es maravilloso, es la fuente de nuestra verdad primordial y un recordatorio de que lo más valioso que tenemos no está en nuestro bolsillo sino en nuestro interior. Es una lágrima que nos limpia, redime y libera. Es un fuego que nos hace resurgir de las cenizas y brillar con la pureza diamantina que realmente nos define.

Debes amar a la humanidad y entender realmente que todos somos especiales, pero pocos lo sabemos con certeza. Debes amarla para que tu arte tenga significado y trascendencia. Y no la trascendencia que te engalana de luces y flashes, sino la que hace de tu obra una compañera eterna de muchas almas que necesitan de tu mensaje para saber que no están solas, para saber que tienen dentro de sí el poder de darle significado a sus vidas, que ciertamente es la verdadera clave de la felicidad.

Si tu arte sólo sirve a intereses calculados y mezquinos, si tu arte alimenta la esclavitud y la estupidez humanas que mantienen esta paz consumista, ciega y absurda; lo siento, no es arte, es basura. El verdadero arte libera, el verdadero arte te invita a cuestionar, a rebelarte, a luchar por lo que realmente crees. El verdadero arte te hace odiar tanto con el corazón que aprendes al fin a amar con sinceridad.

No busques la paz y la armonía sin antes haber encarado al caos; no busques a Dios sin antes haberle preguntado al Demonio que piensa al respecto. El bien no puede jamás existir sin el mal; ambas son caras de la misma moneda, son polaridades producto de nuestra ignorancia de cara a la auténtica naturaleza de la realidad. Si no entiendes esto con claridad, toda buena intención tuya no será más que un disfraz hipócrita intentando alcanzar una perfección basada en la ignorancia. Y siendo así, lo que llamas lo bueno o lo correcto será el peor mal que puedas hacerte a ti y a los demás. Habla siempre con la verdad, aunque duela, porque es esta la que inspira las cosas más bellas y nobles de la existencia.

miércoles, 10 de abril de 2013

Anhelo de un poema olvidado...‏

Tal vez en el aire
espera un destino,
en algún lugar
en algún momento
nace del fuego del poeta,
desea trascender
de la simple tinta muda
o vale mejor decir:
de los unos y ceros
traducidos a luz y forma colorida
de un frío, anónimo
y plano monitor.

Tienen alma,
no se sabe si mucho sentido
pero alma al fin,
con risa y llanto contenidos
esperando el ojo curioso,
el dulcemente infantil
que le libere de la simple forma
de la simple definición de poesía
de la simple expresión:
¡que bonito o feo o insulso poema!

Él quiere más,
tomarte de la mano
y entrar en lo más profundo de tí
aunque lo creas mentiroso
decirte lo bella que eres en verdad
para que no te olvides nunca
de llorar o reír o cantar
por un motivo real,
profundo...tuyo.

Él quiere que lo lleves
siempre en la memoria;
sin tí no sería más
que un ejercicio de vana pretensión,
sin tí no estaría vivo
ni podría iluminarte
en las noches oscuras,
aquellas que pueden extraviarte
entre fantasmas falsos
y lágrimas amargas.

Él quiere guíar con palabras
cada latido que haga falta,
en los momentos de júbilo
y aún más en los difíciles,
él cree en tí
y quiere cuidarte
con la simple inspiración
de quien te ama,
pese a que aquel poeta,
el necesariamente olvidado
haya aceptado dignamente su destino.

Sólo le queda este poema,
el que aspira sea tu compañero eterno
aunque amores nunca te faltarán,
amores para tan hermoso tesoro
sólo le queda saber que
los cofres sólo deben servir
para guardar las joyas
que nos deja el destino...

martes, 2 de abril de 2013

Sobre los empresarios...

Hay dos clases de empresarios: los que con su visión, pasión y trabajo sinceros son capaces de construir algo tan grande como un auténtico legado para las generaciones venideras. Aquellos que con su ejemplo demuestran que los números no tienen por qué estar divorciados del humanismo, del buen gusto, el arte o de la belleza. Eso en mi opinión es un acto de respeto por sí mismo, por lo que se hace y para quién se hace.

Pero hay también, por el contrario, para quienes el valor de su negocio está en cuanto dinero genera éste sin ningún otro miramiento, sin importarles un ápice a qué naturaleza de cultura están promoviendo. Generar cualquier polémica y servirse de la curiosidad y morbo de las personas, contribuir a alimentar más su estupidez y estrechez de mente. Para ellos, las personas -ya sean clientes o empleados- son cifras manipulables y prescindibles según su único objetivo: el dinero. Y de cara a ésto, sólo puedo concluir que un papel no vale nada cuando a cambio se esta empobreciendo, desfigurando y ultrajando el valor puro y auténtico del ser humano.

Puede que yo esté contribuyendo también y muy a mi pesar a lo que ellos llaman "publicidad viral", pero al menos espero hacerlo con la dignidad de una opinión propia que llame a la reflexión.

viernes, 29 de marzo de 2013

Innovar...

¿Cómo se puede innovar cuando lo que se hace es repetir?. No se hace más que dar vueltas en círculos sin advertir el vacío que este surco poco a poco está generando en la cultura. Los que creen en los esquemas mentales del espectador no comprenden que éstos no son más que la expresión de la costumbre de las personas a ideales que alguién se atrevió a imponer en algún momento de la historia.

Innovar es sin duda un riesgo, dado que sus resultados son impredecibles. No obstante, es la única forma que existe de que nuestras creaciones tengan vida propia y por tanto trascendencia. Lo que no tiene alma no puede sobrevivir y el vampirismo de tomarla prestada sólo le vale por poco tiempo.

Innovar significa tener el valor de creer en nosotros mismos más allá de la certeza de que algo funcione o no. Ello da sentido al futuro e incluso a la vida misma. Si lo que hacemos es motivado sólo por el dinero, estaremos con ello garantizando nuestros sustento, pero no el de la cultura que nos soporta. El egoísmo es tan estúpido que es incluso autodestructivo. El "éxito garantizado" es sólo una forma de salvarnos y hacernos quedar bien por el momento, pero ciertamente es una traición y franco fracaso de nuestro género humano.

Para hacer cosas realmente grandes, resulta innevitable caer mal a algunos. Satisfacer a todos equivale a ser falsos e irónicamente desleales, pues estaremos siempre dándole la razón a un mundo que sabemos tiene un gran potencial y puede ser mucho mejor. Cumplir las reglas a cabalidad no es excelencia, es mediocridad.

Para hallar la innovación hay que volver a los orígenes; a la observación directa, simple y natural. De allí es de donde siempre han surgido las ideas más puras y brillantes. Hay que dejar la convención e incluso la educación que nos hace ser fachadas de adultos sin imaginación ni verdad: hay que volver a ser niños, a ser curiosos, almas esenciales, caóticas e incluso sin ideas claras. He allí el único y verdadero fuego capaz de forjar e iluminar el provenir.

sábado, 16 de marzo de 2013

¿Habemus?