viernes, 28 de septiembre de 2012

Poesía rota...(Parte 1)

La luz y el color se apagan
mientras el silencio todo lo invade;
los recuerdos persisten
al compás de los latidos,
es lo único que ahora
tras las palabras mudas
puede hacer eco en el vacío.

Una lágrima cae al infinito,
¿quién podrá oirla?
se diluye en el olvido,
océano ciego e insensible
pasar del tiempo que todo lo devora
incluso la esperanza.

Ícaro soñador,
con tus alas visionarias
fuiste a buscar aquel arcoiris;
dulce e infinito, casi intocable lucía
hermosura tal coronaría tu victoria,
sobre el frío monstruo gris
de la frivolidad,
posarías tus ojos definitivos,
con la lanza del fuego de tu alma
escribirías tu nueva verdad
versos de luz, melodía divina,
por siempre, por siempre...

Diseñaste cada detalle
con el cuidado de Prometeo;
aquel que pretendió ser en su travesía
el arquitecto de la luz,
el salvador de la humanidad.

Poesía rota... (parte 2)

Sin saberlo, tus plumas comenzaron a caer,
una a una,
como las hojas del otoño,
como las vendas de la justicia manchada,
por la cruel evidencia,
por la cicuta que mata lentamente
palmo a palmo,
todo camino,
y toda posibilidad.

Ave que vas de rama en rama,
tú que posas tu dulzura,
y cuyo fruto es el dolor
de quien espera en vano
la respuesta que es sólo una interrogante;
infinita de soles y tormentas
como las olas del mar
que van y vienen
sin mostrar jamás sus profundidades,
hermosas y terribles las criaturas
que tras tu mirada
se ocultan de aquel
que sólo desea hacerlas suyas
en la simple luz y belleza
de un tierno beso.

¡Castigo de los dioses!,
entre más te aproximes más se aleja
y entre más se aleja desaparece,
frente a tí,
sin palabras se ciernen
las murallas del final,
ciego y sin salida
luchas desesperado,
te aprisiona haciéndote trizas,
cada pedazo de tu ilusión perdida
que sólo puede decir adiós.