miércoles, 10 de abril de 2013

Anhelo de un poema olvidado...‏

Tal vez en el aire
espera un destino,
en algún lugar
en algún momento
nace del fuego del poeta,
desea trascender
de la simple tinta muda
o vale mejor decir:
de los unos y ceros
traducidos a luz y forma colorida
de un frío, anónimo
y plano monitor.

Tienen alma,
no se sabe si mucho sentido
pero alma al fin,
con risa y llanto contenidos
esperando el ojo curioso,
el dulcemente infantil
que le libere de la simple forma
de la simple definición de poesía
de la simple expresión:
¡que bonito o feo o insulso poema!

Él quiere más,
tomarte de la mano
y entrar en lo más profundo de tí
aunque lo creas mentiroso
decirte lo bella que eres en verdad
para que no te olvides nunca
de llorar o reír o cantar
por un motivo real,
profundo...tuyo.

Él quiere que lo lleves
siempre en la memoria;
sin tí no sería más
que un ejercicio de vana pretensión,
sin tí no estaría vivo
ni podría iluminarte
en las noches oscuras,
aquellas que pueden extraviarte
entre fantasmas falsos
y lágrimas amargas.

Él quiere guíar con palabras
cada latido que haga falta,
en los momentos de júbilo
y aún más en los difíciles,
él cree en tí
y quiere cuidarte
con la simple inspiración
de quien te ama,
pese a que aquel poeta,
el necesariamente olvidado
haya aceptado dignamente su destino.

Sólo le queda este poema,
el que aspira sea tu compañero eterno
aunque amores nunca te faltarán,
amores para tan hermoso tesoro
sólo le queda saber que
los cofres sólo deben servir
para guardar las joyas
que nos deja el destino...

martes, 2 de abril de 2013

Sobre los empresarios...

Hay dos clases de empresarios: los que con su visión, pasión y trabajo sinceros son capaces de construir algo tan grande como un auténtico legado para las generaciones venideras. Aquellos que con su ejemplo demuestran que los números no tienen por qué estar divorciados del humanismo, del buen gusto, el arte o de la belleza. Eso en mi opinión es un acto de respeto por sí mismo, por lo que se hace y para quién se hace.

Pero hay también, por el contrario, para quienes el valor de su negocio está en cuanto dinero genera éste sin ningún otro miramiento, sin importarles un ápice a qué naturaleza de cultura están promoviendo. Generar cualquier polémica y servirse de la curiosidad y morbo de las personas, contribuir a alimentar más su estupidez y estrechez de mente. Para ellos, las personas -ya sean clientes o empleados- son cifras manipulables y prescindibles según su único objetivo: el dinero. Y de cara a ésto, sólo puedo concluir que un papel no vale nada cuando a cambio se esta empobreciendo, desfigurando y ultrajando el valor puro y auténtico del ser humano.

Puede que yo esté contribuyendo también y muy a mi pesar a lo que ellos llaman "publicidad viral", pero al menos espero hacerlo con la dignidad de una opinión propia que llame a la reflexión.