Tal vez en el aire espera un destino, en algún lugar en algún momento nace del fuego del poeta, desea trascender de la simple tinta muda o vale mejor decir: de los unos y ceros traducidos a luz y forma colorida de un frío, anónimo y plano monitor.
Tienen alma, no se sabe si mucho sentido pero alma al fin, con risa y llanto contenidos esperando el ojo curioso, el dulcemente infantil que le libere de la simple forma de la simple definición de poesía de la simple expresión: ¡que bonito o feo o insulso poema!
Él quiere más, tomarte de la mano y entrar en lo más profundo de tí aunque lo creas mentiroso decirte lo bella que eres en verdad para que no te olvides nunca de llorar o reír o cantar por un motivo real, profundo...tuyo.
Él quiere que lo lleves siempre en la memoria; sin tí no sería más que un ejercicio de vana pretensión, sin tí no estaría vivo ni podría iluminarte en las noches oscuras, aquellas que pueden extraviarte entre fantasmas falsos y lágrimas amargas.
Él quiere guíar con palabras cada latido que haga falta, en los momentos de júbilo y aún más en los difíciles, él cree en tí y quiere cuidarte con la simple inspiración de quien te ama, pese a que aquel poeta, el necesariamente olvidado haya aceptado dignamente su destino.
Sólo le queda este poema, el que aspira sea tu compañero eterno aunque amores nunca te faltarán, amores para tan hermoso tesoro sólo le queda saber que los cofres sólo deben servir para guardar las joyas que nos deja el destino...